EL ARTE DE IMPROVISAR VS MEMORIZAR LAS PRESENTACIONES

El Arte de improvisar los discursos una opción para hablar en público

En la escuela normalmente nos enseñaron que para presentar cualquier prueba teníamos que memorizar. Sin embargo, no todas personas tienen esa capacidad o incluso el tiempo necesario para hacerlo. Un orador puede elegir como estrategia el arte de improvisar los discursos.

Algunas personas cuando comienzan en la actividad de la oratoria, su técnica para estudiar es escribir su discurso y memorizar cada párrafo. Sin duda alguna, para realizar lo anterior te llevará un buen tiempo incluso días de ser necesario.

Antes de hacer cualquier presentación es recomendable que te prepares con anterioridad. También hay que tomar en cuenta que nos referimos a puntualizar previamente el contenido que vas a manejar durante el discurso.

Por eso, en este artículo conocerás algunas ventajas y desventajas que tiene memorizar el contenido de tus presentaciones. Además, revisarás los beneficios y las limitaciones de improvisar ante el público.

También te daremos tips para dominar el arte de improvisar los discursos y así, estar preparado en situaciones imprevistas. Por último, te sugerimos una metodología para que realices tus presentaciones con seguridad.

memorizar o improvisar en una exposición

Ventajas de memorizar  

Puedes controlar mejor el tiempo, ya que seguramente te asignarán un espacio prudencial para tu presentación. Por ende, el orador practicará su discurso adaptándose a los minutos otorgados.

Al memorizar y practicar la presentación te puede generar sensación de confianza y seguridad. En caso contrario, si tuviste poco tiempo para prepararte tal vez tu mente respalde pensamientos de dudas y de temor.

Otro punto fundamental cuando preparas tus presentaciones, es que puedes revisar si hay algún aspecto que falta o no queda claro. Además, si todavía no dominas el arte de improvisar puedes cometer el error de no explicar bien el contenido.

Desventajas de memorizar

A veces sucede que pierdes la naturalidad de la exposición. El público nota cuando estás tratando de recordar algo que preparaste previamente. Hay frases que utilizamos y que se nos escapan como: “a ver” o “un momento”. Esas frases denotan ante la audiencia que estamos buscando la respuesta en nuestra memoria.

Al usar palabras rebuscadas también se puede notar que la exposición no es muy natural. En este tipo de casos es preferible contar con expresiones más fáciles para el público.

El arte de improvisar y sus ventajas

El arte de improvisar nos ayuda a que no sonemos como si estuviéramos recitando. Igualmente, se presenta en cualquier momento de nuestras vidas y tenemos que demostrar nuestras habilidades como orador.

Algunas veces nos toca improvisar los discursos, especialmente en ocasiones especiales o cuando nos piden una opinión. Estas situaciones se dan en una entrevista o simplemente en una reunión familiar. Por eso, el arte de improvisar se presenta en cualquier momento de nuestras vidas aunque nos sorprenda.

Otro punto a favor es que puedes leer el contenido de la exposición una sola vez y lo demás lo puedes improvisar. Esto te permite ahorrar tiempo para realizar otras actividades más urgentes.

Desventajas del arte de improvisar

El temor de cualquier orador es que en un determinado momento se quede sin palabras. Esta situación se genera cuando no practicamos lo necesario y en tal sentido, nos cuesta explicar un concepto. Si esto ocurre quedaremos muy mal ante la audiencia.

Al dar un discurso con ciertas dudas por falta de preparación ocurren las digresiones. Entonces, comenzamos a divagar saltar de un contenido a otro y no finalizamos las ideas.

Existe la posibilidad que la información se olvide por algún motivo. De esta manera, la exposición perdería su fuerza y los objetivos que deseas que alcance el público.

También es frecuente que el ponente cuando emplee el arte de improvisar se extienda más en el contenido. Este contexto hace que no se respeten los tiempos previstos para cada ponencia o incluso a la propia audiencia.

Técnicas para emplear el arte de improvisar

Es preferible que estés preparado en cualquier momento para improvisar y así quedar bien. Por eso, te ofrecemos algunos tips para practicar.

Anticípate al evento

Si es probable que alguien te solicite algunas palabras ante cualquier circunstancia esboza tres ideas sobre el tema. De esta forma, estarás prevenido y con una idea de lo que puedes decir. Por ejemplo, al vender algún producto el cliente puede formular preguntas. Piensa en esas posibles interrogantes y sus respuestas.

Esto te permitirá ejercitar tus respuestas y argumentos. Evita a la hora de practicar que ese diálogo sea interno nada más, debes verbalizarlo.

Segmenta el discurso

Nos referimos a que dividas en dos partes opuestas el asunto. Se trata de que puedas tener mayor posibilidades de dar una excelente respuesta.

Un ejemplo de lo anterior puede ser que te pidan que hables sobre la Responsabilidad Social Empresarial. Entonces, podrás dividirlo según la visión del capitalismo y del socialismo.

Desglosa en ventajas y desventajas

También es importante que desgloses el tema en aspectos positivos y negativos. De esta forma, tendrás la oportunidad de dar tu opinión con un punto de vista amplio sobre el asunto.

Relata alguna historia

Otra técnica a utilizar es contar una historia de la vida real con el asunto a tratar para razonar y luego concluir. Aunque esta forma de improvisar es complicada, lo puedes desarrollar si tienes cierta destreza para contar vivencias.

Busca la experiencia

El arte de improvisar se adquiere con la práctica. La metodología es muy simple, párate, piensa la respuesta y habla, cuando lo hagas se tornará costumbre.

Aspectos a evitar al improvisar

No seas reiterativo porque ya no tengas nada que decir. Al contrario, esta circunstancia debilita tu presentación.

Cuando te quedes en blanca utiliza frases que te ayuden a ganar tiempo mientras viene la idea a tu mente. Es decir, retoma lo último que dijiste y lo enlazas por ejemplo con las siguientes frases “como os comento” o “de acuerdo a lo anterior”.

¿Qué metodología podemos emplear?

Lo primero que tenemos que hacer para sentirnos tranquilos, es ensayar nuestra presentación. El orador logra el estado ideal cuando se siente seguro de la presentación que va a realizar.

Podemos memorizar algunos puntos fundamentales y lo demás con nuestras propias palabras. Aunque no tengamos tiempo, debemos repasar nuestra presentación o lo que vamos a decir por lo menos en 30 minutos.

El arte de improvisar requiere destreza, pero también capacidad para hablar en público. Practicar nos ayudará a mejorar nuestras habilidades comunicativas incluso en circunstancias donde no estemos preparados.

El Trampolín te da la oportunidad para que te asesores y practiques hablar en público con un grupo de especialistas. No lo piense más y busca mejorar en la oratoria para que avances como profesional.

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