APEGO: TRAE ESCLAVITUD Y DENIGRACIÓN COMO PERSONA
Esclavo de tus propios apegos
El deseo de querer alcanzar ciertos objetivos personales y la obsesión por lograrlo puede ser más que un motivo para tener un apego a ese estado ideal. Igualmente nos pasa con cualquier persona, trabajo u objeto que llega a nuestras vidas creemos que es para siempre.
La realidad nos indica que nada es para siempre. A veces queremos retener algo que ya no existe en nuestras vidas. Nos cuesta entender que todo tiene un final, si lo comprendiéramos nos evitaríamos el sufrimiento.
El apego te corrompe hasta el punto de actuar en contra de tu filosofía de vida. Un ejemplo claro es cuando dependemos totalmente de la opinión de los demás para sentirnos bien. En tal sentido, actuarás para agradar a los demás por encima de tus propios pensamientos.
Concepto de apego
Nos referimos a la obsesión tanto mental como emocional por los ideales, personas, objetos, entre otros. Por medio de ese vínculo se busca placer, seguridad y autorrealización. El apego imposibilita el desarrollo de una vida normal sin miedo. Creemos que somos nada sin nuestra fuente de apego, cuando nos falta, el mundo parece que se acaba.
La persona dependiente se niega a la felicidad y a tener una vida normal, ya que es incapaz de renunciar a ese vínculo dañino. Su vida parte del sufrimiento humano y la adicción por cualquier cosa que le otorgue más valor que su propia existencia.
Podemos mencionar diferentes formas de apego tales como:
- Juegos de azar
- Personas
- Al sexo
- Fama y reputación
- Posesiones materiales
- Al móvil
- Culto al cuerpo humano
- Religión
Estos apegos son la columna vertebral y la razón para que muchas personas se queden enganchados. Sin embargo, tenemos que tener el valor para reconocer y enfrentar nuestra dependencia.
Indicadores para reconocer un apego
Según el psicólogo, Walter Riso, los siguientes indicadores ayudan a reconocer si tenernos apego o no por algo en particular. Los aspectos más comunes de la dependencia son:
1.- Autonomía restringida
Nos referimos cuando perdemos totalmente la libertad de ser el dueño de nuestras acciones. Desaprovechamos la capacidad de decisión y nos comportamos como marionetas sumisas. Un ejemplo de ello, es cuando somos obedientes ante alguna autoridad o persona de poder totalmente autócrata capaz de dañarnos.
2.-Impulso incontrolable para llenar un vacío
Sed incontrolable por tener a ese alguien o ese objeto de dependencia, cuanto más recibas más querrás. Llegará un momento de tu vida que tu única ansiedad será no perder ese algo o alguien. El placer de tenerlo se convertirá en dolor por el mismo temor a perderlo.
3.-Pérdida de la esencia y autoconocimiento
Puedes perder la realidad de quien eres y quizás, no recuerdes quien eras antes de establecer ese vínculo tormentoso.
4.- Necesidad de apoderarse de alguien o algo
Pretender ser el dueño de objetos o personas, de una forma irracional reduce la tolerancia y aumenta la frustración. El afán de querer sentir que eres el dueño de tu propia adicción te hace perder tu esencia. Llega un momento que te dedicas a coartar la libertad de los demás y te conviertes en esclavo del poseer.
5.- Reducción del sentir
Hay un punto que se confunde entre el deseo y el placer de la posesión obsesiva. El apego causa que dejes de sentir y de disfrutar lo que posees. Estarás atrapado solamente en ese vínculo que no querrás perderlo por nada de este mundo.
Si tienes algunos de estos indicadores, comprende que tu calidad de vida puede mejorar a través del desapego. El hecho de soltarte a lo que estás sujete por temor, te hará una persona libre y con más autoestima.
Comprender el desapego de forma correcta
Es un error pensar que el desapego es no desear ni querer nada. La clave para entender el desapego está en la despreocupación y en la ausencia de ansiedad. El desapego no hay que confundirlo con el desamor o el desinterés, más bien se trata de no lastimarnos.
Cuando somos desapegados logramos la independencia emocional, reconocer que todo en la vida es transitorio. Esto implica no crear una falsa identidad como persona, estar dispuestos a asumir las pérdidas, aunque disfrutemos del vínculo.
¿Cómo lograr el desapego?
Para que puedas avanzar en lograr más libertad y valorarte como persona, sigue algunos de estos consejos:
1.- Independizarse psicológicamente
Lo primero que debemos reconocer es el apego que tengamos y asumir que realmente queremos ser libres. También se trata de darnos cuenta del daño que nos hacemos a nosotros mismos. Esto no significa que nos alejemos de lo que deseamos, pero que tengamos claros los límites.
2.- Evitar afectarse por el rechazo de los demás
Si por algún motivo no nos invitan a una fiesta o evento, no debemos sentirnos mal por semanas. Lo prudente es no escudriñar en el asunto recuerda que no merece estar contigo quien no te acepta como eres.
3.- Abstenerse al apego
Toma en cuenta que nadie o nada puede obligarte a que seas esclavo sin tu consentimiento. Para que alcances el desapego tienes que buscar la independencia emocional, abstenerse de la adicción, sufrir para dejar de sufrir.
4.- Atreverse a cumplir nuestros sueños, libera de los temores
A veces dejamos de realizar algunas actividades por simple temor, no queremos salir lastimados. Nos limitamos porque dudamos de nuestras propias capacidades. Comienza a realizar una lista de todo lo que deseas hacer y no te atreves. Luego que tengas esa lista clara, intenta ejecutar las actividades sin importar los fracasos. Es preferible decir lo intenté a quedarse con la duda de que no se hizo nada.
Por otra parte, enumera las actividades con las que tienes un vínculo de dependencia irracional con otras personas para tomar decisiones. Por ejemplo, puedes ir al banco solo, tomar decisiones en tus finanzas, decidir que comerás, entre otros. Todas estas actividades pueden ser dispuestas por ti, no necesitas esperar por alguien más.
5.- Las necesidades irracionales no deben tener el control
Cuando en nuestras vidas ocurren situaciones que tenemos que enfrentar, pero no son imprescindibles, podemos pensar en buscar otras soluciones. Algunas veces hay más opciones, pero el apego no permite que ejecutemos la solución más simple.
Por ejemplo, tenemos dos bicis, una tradicional y otra eléctrica, resulta que se dañó la segunda, dejamos de divertirnos o hacer cualquier actividad ese día, debido a que sufrimos porque dependemos de esta bicicleta aunque tengamos otra.
En teoría parece fácil tomar fuerzas y seguir estos consejos. Sin embargo, hay momentos en los que no podemos más y las fuerzas fallan. En estos instantes donde nos cuesta superar nuestros apegos solos, El Trampolín con su grupo de expertos te pueden ayudar a encontrar mejor calidad de vida y seguridad en ti mismo.