¿Cuántas veces te ha pasado que te cuesta defender una postura? Probablemente, cuando te quedas sin saber cómo justificarte con tus propias palabras te pones a la defensiva. La idea de este artículo es que evites estas situaciones y sepas estructurar un discurso argumentativo.
Al igual que un texto argumentativo, el discurso pretende expresar las ideas y opiniones del emisor. Su principal objetivo, es persuadir al público de la validez de tu punto de vista.
El discurso argumentativo se puede presentar en cualquier momento, ya sea de manera formal como un debate político o de forma informal entre amigos. También puede presentarse a través de una conversación oral o por escrito.
Puedes dirigir una serie de enunciados como emisor para que el receptor lo interprete de diferentes maneras. Lógicamente, tienes un objetivo en mente, que es convencer a tu público. Empleas determinados conectores o expresiones como “Yo opino” para dar inicio a tus argumentos.
Cuando empleas técnicas inductivas comienza con una opinión particular para terminar con generalizaciones. En cambio, en las técnicas deductivas inicias con generalizaciones y culminas con argumentos particulares.
En el discurso argumentativo puedes emplear la técnica de las hipótesis sobre un asunto específico. Por lo tanto, son conjeturas que pueden ser verdaderas o falsas. No se confirma ninguna aseveración de ningún tema en particular.
Es ideal que aparte de tener varias afirmaciones, sean acompañadas de evidencias, con la finalidad de argumentar mejor. En pocas palabras, el argumento lo necesitas basar en tres pilares básicos:
Es la idea como tal. Es decir, nuestra opinión sobre un tema en específico. Por ejemplo, decir que: «la gastronomía española es la más conocida en todo el mundo».
Lo debes entender como la explicación que das sobre tu opinión, la parte lógica. Por ejemplo:
«¿Por qué la gastronomía española es una de las más conocidas en todo el mundo?
Desde la época de la colonización por parte del Imperio Español, incorporaron parte de los ingredientes de su gastronomía en el nuevo continente. Por otro lado, la cultura culinaria española, es una mezcla de varias civilizaciones. Además, de contar con chefs reconocidos en el extranjero como: Hilario Arbelaitz, Josean Alija, Manuel de la Osa, entre otros.
Para que el discurso argumentativo tenga validez, hay que demostrarlo mediante estudios o referencias.
Sigamos con el mismo ejemplo, referente a que la gastronomía española es una de las más conocidas en el mundo. En este punto, tienes que convencer con pruebas que tu afirmación es verdadera.
Para que puedas argumentar mejor, tal vez dirías lo siguiente:
«Según una encuesta realizada por Tripadvisor, el 62% de los turistas viajan a España atraídos por su gastronomía. Algunos de los platos más conocidos son: la paella, jamón serrano y las totillas de patatas».
En la preferencia de los viajeros destaca la comida española por encima de la francesa, china, tailandesa y la india. Sin embargo, se mantiene en el segundo lugar, ya que el primer puesto lo tiene Italia con sus pastas y quesos, además de sus fieles adeptos en todo el mundo.
Si quieres que tu mensaje tenga más consistencia y sea más potente, le debes añadir un componente extra que le sume a tu argumento. Es decir, que le ayude a tu público a comprender la importancia de ese mensaje.
Existen diferentes estrategias que te orientarán a darle ese impacto deseado. Alguna de ellas, son:
La mejor forma es que te preguntes: ¿mi afirmación tiene consecuencias positivas o negativas? Si la respuesta es sí, pues hazlo constar. Por ejemplo, el impacto que tiene la afirmación anterior sobre la gastronomía española en el turismo y economía.
Si deseas que tu discurso argumentativo tenga más impacto, puedes usar esta estrategia. Allí puedes explicar si esos cambios con irreversibles con una transcendencia en el tiempo.
Esto les permitirá a las personas tener una idea de las medidas que deben tomar en caso que les afecte de forma directa o indirecta.
Para concluir este tema es importante que tomes en cuenta estas técnicas y estrategias para que puedas estructurar un buen discurso. Igualmente, también debe poseer una estructura que te permita mantener un orden de ideas.
Tu discurso argumentativo debe tener una presentación general del tema para debatir. De esta manera, tu receptor se va familiarizando con el asunto.
En este punto se trata de que presentes tu opinión con una posición firme sobre un tema en específico.
Son las razones por las cuales apoyas esa tesis. Aquí puedes aprovechar para presentar las evidencias.
Para finalizar tu discurso y reforzar tu tesis, presenta aquel razonamiento que impacte, que tenga consecuencias positivas o negativas.
Igualmente, dependiendo del tema puedes hacer un llamado a la acción. Por ejemplo, «si lo tuyo es la gastronomía, en España es una buena inversión contar con un local orientada a este tipo de negocios».
Como puedes ver necesitas conocimiento para dar un buen discurso argumentativo. Si deseas convencer a tu receptor, te animo a que investigues para armar unos buenos argumentos con una sólida evidencia.
Si tienes miedo a enfrentarte ante esta realidad, y sientes que no sabes expresar una idea y mucho menos convencer, toma en cuenta que es el momento de desarrollar tus habilidades para hablar en público y vencer tus temores.
En El Trampolín seguimos trabajando con mayor ahínco para que salgas más fortalecido en esta pandemia. Recuerda que algunas personas se dedican a llorar su desgracia, mientras otros venden pañuelos.
Gana conocimiento durante esta época y prepárate a nuevos retos.